“Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él.” – Tzvetan Todorov


viernes, 17 de marzo de 2017

Quince años de duelo ante el dolor de una madre palestina

Quince años de duelo ante el dolor de una madre palestina
Robi Damelin* 

Han pasado quince años desde que perdí a mi hijo David.  Tras 15 años de esfuerzos de reconciliación y convivencia con los palestinos, no estuve lista para escuchar el emotivo mensaje de Suha Abu Khdeir, la madre de Mohammed Abu Khdeir, quemado a muerte por tres judíos israelíes en el verano de 2014.  Abu Khdeir se plantó frente a 200 mujeres israelíes y palestinas y nos habló en un idioma que sólo las madres podrían comprender plenamente.
No hay competencia cuando se trata de duelo.  Quien ha perdido a un hijo o una hija sufre el peor dolor que un ser humano puede sufrir.  Pero la desenvoltura de Abu Khdeir para hablar públicamente de las circunstancias de la muerte de su hijo, y para superarlas para convertirlas en un mensaje de reconciliación, nos emocionó y nos hizo sentir muy orgullosas de esta valiente mujer.
“No he logrado conciliar el sueño de noche en estos tres años; cada día que pasa soy yo la que se está quemando por lo que le pasó a Mohammed”, dijo. “Mohammed me dejó un mensaje de que debo trabajar para lograr justicia para mí y para él.  Que debo trabajar para que ninguna otra madre pierda a su hijo.”
Ante estas palabras no había una sola garganta en el auditorio que no se hubiera cerrado por el llanto ahogado, ni ojos sin lágrimas.  Una mujer que tiene todas las razones en el mundo para odiar está buscando reconciliación.  Ella que ha sufrido el peor dolor posible quiere detener el ciclo continuo de derramamiento de sangre.
Abu Khdeir participaba en un evento organizado el 10 de marzo por The Parents Circle - Families Forum para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.  El evento, que tuvo lugar en la ciudad cisjordana de Beit Yala bajo el lema "Rompiendo el muro que nos divide", contó con la asistencia de más de 200 mujeres palestinas e israelíes.  Nuestra intención: transmitir un mensaje de reconciliación, un mensaje de unión.  Todas las mujeres que estuvimos allí presentes creemos que sin un proceso de reconciliación no tenemos futuro aquí.  Podemos firmar tratados de paz, pero sin un verdadero entendimiento, sólo habrá más ceses al fuego que sólo durarán hasta que estalle la siguiente guerra.
http://www.huffingtonpost.com/entry/breaking-the-walls-
between-us_us_58cae9dde4b07112b6472bc8?
Tras el emotivo discurso de Abu Khdeir, las mujeres unidas rompimos un muro simbólico que fue construido ese mismo día.  Juntas rompimos ese muro simbolizando el deseo de todas nosotras de vivir lado a lado, como dos naciones con igualdad de derechos en dos estados soberanos e independientes, sin ignorar el entendimiento de que al final tendremos que compartir la misma tierra.
Al final del evento marchamos juntas por una carretera.  Recibimos diversas reacciones por parte de los conductores que se dirigían hacia un puesto de control.  Hubo quienes tocaron su claxon en solidaridad y hubo algunos otros que nos maldijeron.  No es muy común ver a cientos de mujeres palestinas e israelíes marchando juntas en medio de los territorios palestinos llevando un mensaje de paz y reconciliación.  A pesar de que no es algo común, es una mirada reconfortante que me hizo sentir que, a pesar de los resentimientos, a pesar del conflicto en curso, a pesar de la violencia, todavía hay esperanza de que llegará el día y alguien escuchará a estas mujeres maravillosas; alguien que entienda que todos nosotros, ciudadanos y líderes, debemos seguir el ejemplo de Suha Abu Khdeir.
Ya es hora de que las mujeres se sienten en la mesa de negociaciones y participen activamente en las conversaciones que determinan nuestro destino. Después de todo lo dicho y hecho, somos las mayores víctimas de este conflicto en curso.
Durante la última ronda de violencia en Gaza, cuando corrí al refugio en el edificio donde vivo, miré al niño de mi vecino jugando a la pelota y me di cuenta de la suerte que tengo de tener un refugio para correr cuando sea necesario.  Pensé en la madre de Sderot que dijo que tenía sólo 15 segundos para llegar a una zona segura con sus tres hijos, uno de los cuales está en una silla de ruedas, y se ve obligada a decidir a quién llevará primero a ese refugio.  Pensé también en las madres palestinas que no tienen refugio.
Terminamos nuestra pequeña marcha por la paz cantando “Imagine” de John Lennon: “Puedes decir que soy una soñadora / Pero no soy la única”.  Estoy orgullosa de formar parte de un maravilloso grupo de mujeres y hombres que no dejan de soñar y hacen todo lo posible para que el sueño de la reconciliación se convierta en una realidad.
Ahora ellos, -los políticos, generales y analistas-, están pronosticando otra guerra para el próximo verano.  Este es precisamente el momento de frenar el recurrente derramamiento de sangre.  ¿Cuántas víctimas más tendremos que sacrificar antes de ponerle un alto?

*Robi Damelin es una madre en duelo y miembro del ejecutivo de The Parents Circle - Families Forum.


(Publicado originalmente como 15 Years of GriefFailed to Prepare Me for One Palestinian Mother's Brave Message en Ha'aretzTraducción: José Hamra Sassón).


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